Ubicado en pleno corazón de Burgos, en la Plaza Mayor y en la emblemática esquina con la calle Carnicerías, este local goza de vistas privilegiadas a uno de los máximos referentes del arte gótico: la Catedral de Santa María.
Con más de un siglo de historia, su interior transmite la sensación de que el tiempo se ha detenido, ofreciendo una auténtica inmersión en la estética y el ambiente de principios del siglo XX. Se trata de una obra maestra arquitectónica que preserva la elegancia, el esplendor y el detallismo característicos de la época.
A lo largo de tres generaciones, este espacio ha sido punto de encuentro para familias burgalesas y visitantes de todo el mundo, muchos de los cuales acudían únicamente para admirar su cuidada arquitectura interior. Su identidad se define por elementos estructurales modernistas, pilares y capiteles originales, así como un exquisito revestimiento en madera noble maciza trabajada artesanalmente.
Los cristales biselados y la balaustrada acristalada con pasamanos de bronce conforman un conjunto de alto valor estético, convirtiendo cada rincón en una composición digna de contemplación.
El inmueble cuenta con 160 m² distribuidos en tres niveles: Planta baja, concebida como zona principal de actividad comercial. Entreplanta abierta, equipada con estanterías, despacho y aseos.
Sótano, un espacio singular de almacenamiento que conserva pilares y capiteles de hierro forjado vistos.
Su fachada en esquina, de más de 15 metros lineales y con doble altura, destaca por los característicos escaparates que inundan el interior de luz natural. La carpintería exterior, realizada en madera noble y conservada en estado impecable, constituye un elemento patrimonial cuya preservación es indispensable.
El local está protegido por Patrimonio Histórico, lo que implica cumplir con condiciones y restricciones específicas para garantizar la conservación de su valor arquitectónico y cultural.
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